Nos hemos dado cuenta de muchas cosas en este camino. Una de ellas, que la música se convierte en un vehículo hacia la mejora física y emocional de cualquier persona.
Por ejemplo, en el caso del autismo hemos descubierto mejoras motrices y sensibles a raíz de recibir clases de piano, y mejoras a nivel de autoestima.
En el caso de la ceguera, hemos visto cómo la música ha resultado un medio para desarrollar sus altas sensibilidades, en este caso nos referimos al tacto y el oído.
Alumno y profesor crecen.